Los troyanos están diseñados para permitir a un individuo el acceso remoto a un sistema. Una vez el troyano ha sido instalado en el sistema remoto el individuo puede acceder al sistema de forma remota y realizar diferentes acciones sin necesitar permiso. Las acciones que el individuo puede realizar en el equipo remoto dependen de los privilegios que tenga el usuario en el ordenador remoto y de las características del troyano.
Algunas de las operaciones que se pueden llevar a cabo en el ordenador remoto son:
- Utilizar la máquina como parte de una botnet (por ejemplo para realizar ataques de denegación de servicio o envío de correo no deseado).
- Instalación de otros programas (incluyendo otros programas maliciosos).
- Robo de información personal: información bancaria, contraseñas, códigos de seguridad...
- Borrado, modificación o transferencia de archivos (descarga o subida).
- Ejecutar o terminar procesos.
- Apagar o reiniciar el equipo.
- Monitorizar las pulsaciones del teclado.
- Realizar capturas de pantalla.
- Ocupar el espacio libre del disco duro con archivos inútiles
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